sábado, 22 de mayo de 2010

LA ESTÉTICA TRADICIONAL JAPONESA (II)

ELEMENTOS INSPIRADORES

ARQUITECTURA: LÍNEAS RECTAS QUE SE CURVAN HACIA ARRIBA

Tomemos como ejemplo el Pabellón de Oro Kingakuji y hagamos un ejercicio de abstracción de los estilos generales.


PINTURA: EL COLOR

Si analizamos las paletas de colores de algunas obras japonesas observaremos que la principal característica está en el uso de tonos neutros, dorados y pequeñas pinceladas de atenuados colores básicos.


Así pues la paleta básica sería la siguiente.


LACAS: EL BRILLO

De las lacas japonesas obtenemos los acabados. Dorados y negros brillantes. Objetos muy ornamentados que contrastan con el vacío de las aguadas zen.


JARDINES: LA TEXTURA

Las piedras de formas naturales, los cantos rodados, la grava y la arena, las flores… Todo un juego de texturas.


El arte permite comprender la sensibilidad y la cosmovisión de otras culturas. El arte japonés evidencia la proximidad entre la creación artística y una profunda intuición filosófica de la realidad. El zen, rama del budismo iniciada por Bodhidharma (o Daruma en el Japón), impregnó vigorosamente la cultura japonesa y sus diversas expresiones artísticas como la pintura, poesía, arquitectura, el arte de los jardines o la célebre ceremonia del té. El zen, el perfil místico del budismo, vincula su ideal de realización humana con la experiencia de lo real en su nervadura más profunda entendida como un subyacente, inasible e infinito vacío del que misteriosamente procede la multiplicidad de las cosas. Lo vacío es la fuente primaria del sentido, de la plenitud, la belleza y la expansión vital. El arte japonés, mediante la apelación a la espontaneidad creadora, la economía de formas, la percepción íntima de la naturaleza y la elaboración de formas irregulares o asimétricas, pretendió expresar la experiencia vivificante del vacío creador. Esteban Lerardo.

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