Con todos los elementos de las dos entradas anteriores comenzó la concepción de la pieza. Primero como un proceso meramente mental para posteriormente pasar al papel y finalmente a la arcilla.
- La idea que me sirvió de punto de partida fue la de la representación de un pez koi, elemento recurrente en la iconografía japonesa.
 - Las líneas básicas del Pabellón de Oro Kingakuji sirvieron de esqueleto para este particular pez.
 - La paleta de colores tenía que cargarse de tonos tierra, neutros, así que la imitación de la madera fue la escogida.
 - Por último opté por un acabado muy brillante que recordara a los acabados de las lacas.
 

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