Enamorarse es fácil.
Uno puede enamorarse
-sin demasiado
esfuerzo-
varias veces al día,
a nada
que se lo proponga
y se mueva un poco por ahí;
y si es verano,
ni te cuento.
Enamorarse no tiene
mayor mérito.
Lo realmente difícil
-no conozco
ningún caso-,
es salir entero
de una historia de amor.
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