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KNOPFLER SIGUE ENCANDILANDO CON SUS SEIS CUERDAS, AUNQUE NO SEAN TAN ROCKERASNoticias EFE - Gorka Ruiz
Córdoba, 25 jul (EFE).- A pesar de que las seis cuerdas de la guitarra de Mark Knopfler no suenen tan rockeras como lo hacían en Dire Straits, el escocés ha encandilado en Córdoba a 12.000 personas que se han rendido a lo evidente: Knopfler es mucho más que el ex líder de Dire Straits.
Y es que, aunque parezca mentira, Mark Knopfler ya tiene seis discos en solitario desde que en 1996 presentó "Golden Heart", un disco mucho más tranquilo e intimista de los de su antigua banda y que sirvió de punto de partida para sus viajes al blues, al rock y al folk que ha mantenido en el resto de álbumes, también en su último trabajo "Get Lucky", que ha presentado hoy en la ciudad califal.
Puntual y con ganas, a pesar de la lesión de espalda que padece y que le ha obligado a tocar sentado, Knopfler ha comenzado el fin de fiesta de la XXX edición del Festival de la Guitarra de Córdoba con "Border Reiver", el primer tema de su último trabajo con aromas de folclore irlandés y que ha sonado al ritmo de la gran cantidad de abanicos usados por los cordobeses, literalmente asados de calor.
Knopfler, de 60 años, ha estado acompañado por sus grandes amigos y excepcionales músicos Guy Fletcher (teclados), Danny Cummings (batería), Richard Bennett (guitarra), Glenn Worf (bajo), Matt Rollings (teclados) John McCusker (violín) y Mike McGoldrick (flauta), que, con su buen hacer, han acompañado a la perfección al genial guitarrista que, a pesar de ser zurdo, toca como un diestro.
Con "What It Is", de su segundo disco en solitario y que recuerda al estilo de Dire Straits, los ánimos del público se han empezado a caldear, aunque la calma ha vuelto con la genial "Sailing to Philadelphia", de impecable interpretación y donde Knopfler se ha podido lucir a gusto.
"Coyote" y "Hill Farmer's Blues" han servido de aperitivo al primer plato fuerte de la noche, la romántica "Romeo & Juliet" de Dire Straits, que Knopfler ha interpretado con su dobro y que ha hecho las delicias del público, que han terminado con los típicos "oe, oe", que la banda, en un guiño a sus seguidores, han instrumentalizado en clave de swing, preludio de lo que venía después.
La eterna "Sultans of swing", con más 31 años de vida, ha sonado con la misma intensidad que en los primeros conciertos de Dire Straits, aunque Knopfler se ha encargado de retocarla un poco a sus nuevos gustos.
Pero lo que no cambia es ese punteo, que sigue clavando, y que ha arrancado los primeros "torero, torero" de un público, ya entregado hasta el final de la velada.
"Done with Bonaparte" ha vuelto a calmar el ambiente con una melodía muy alegre y jovial, que ha dado paso a "Marbletown".
El éxtasis ha llegado con "Speedway at Nazareth" que según iba avanzado incrementaba su intensidad hasta dejar exhaustos tanto a la banda como al público, que ha disfrutado de lo lindo con su interminable punteo.
Y antes de encarar el final del concierto, otro guiño a los incondicionales de Dire Straits con "Telegraph Road", que la banda ha terminado con un brindis a todos los presentes.
Para el bis, Knopfler ha elegido temas tranquilos como la eterna "Brothers in arms", "So far away" y "Pipper to the end", con las que el público se ha marchado a casa con la sensación de que el escocés, toque lo que toque, sigue siendo un grande de las seis cuerdas.
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