En 1968 George Land realizó un test a 1600 niñas y niños de cinco años de edad. Cinco años después volvió a realizar el mismo test a los mismos 1600 niños y niñas. Y por último volvió a pasar ese mismo test cuando los 1600 habían cumplido 15 años.
El test en cuestión es el que se utiliza en la NASA para evaluar el potencial innovador de los ingenieros y las ingenieras que allí trabajan.
Lo que quería demostrar Land era que la creatividad disminuye con el paso de los años y de qué manera lo hace.
Los resultados obtenidos con estas pruebas fueron sorprendentes:
- A la edad de 5 cinco años el 98% de las niñas y los niños llegaron a un nivel de genialidad en creatividad.
- Pasados cinco años, el porcentaje de genialidad había disminuido drásticamente, pasando de un 98% a un 30%.- Por último, a la edad de 15 años ese porcentaje cae hasta un 12%.
No contento con esos resultados Land pasó el mismo test a 260.000 adultos obteniendo el descorazonador resultado que sólo el 2% de ellos consiguió alcanzar el nivel de genialidad.
Las conclusiones de este estudio parecen más que obvias:
Todas las personas nacemos con una alta capacidad creativa que va perdiéndose a medida que vamos siendo educados.
Según K.M. Heilman, S.E. Nadeau y D.O. Beversdorf en su libro ‘Creative Innovation: Possible Brain Mechanisms’
“Esta capacidad creativa viene dada por la facilidad con la que el cerebro establece nuevas conexiones y desarrolla asociaciones inéditas entre diferentes conceptos y el conocimiento previo. A medida que nos hacemos adultos, nuestros conocimientos especializados crecen, pero la capacidad de hacer estas nuevas asociaciones disminuye debido al uso nulo del método divergente que hacemos a lo largo de nuestras vidas académicas y más tarde profesionales.”
El pensamiento no-creativo es aprendido. ¡Cambiemos esto!
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