Suelo dar largos paseos por el blog de Maggie Maggio, me
parece un sitio apasionante. Ya que esta artista es otra de las entusiastas del
uso del color y sus secretos. En él complemento mis estudios sobre color.
Hace bastante tiempo encontré allí varios artículos que
hablaban de las máquinas de pasta y los grosores de las láminas de arcilla que
obtenemos.
Cómo sabéis con cada marca de laminadora obtenemos unos
grosores diferentes, incluso las de la misma marca presentan variaciones. ¿Cómo
conseguimos entonces medir el grosor para intentar unificarlos?
En esas entradas Maggio, optaba por dos métodos, uno era
apilar diez capas del mismo espesor para posteriormente medirlos con una regla.
Dividir entre diez el resultado y así obtener el grosor de la plancha.
Otro método era el de la baraja de naipes. Haciendo pasar
los naipes por cada grosor podía clasificar sus laminadoras y las planchas que
salían por cada paso de la máquina de pasta.
Cuando leí los artículos pensé que era una idea excelente
para aplicar en mis clases, ya que cada una de las personas que asisten a los
cursos tiene una laminadora diferente y a la hora de decidir que grosor vamos a
usar se producen bastantes confusiones. Un método que nos permita unificar es
justo lo que necesitamos.
El primer método aunque más exacto no me pareció demasiado
práctico para usarlo en un aula, ya que si bien nos da una medida bastante
exacta nos encontramos con la dificultad añadida de realizar todo el proceso en
cada curso, con la consecuente pérdida de tiempo.
Sin embargo, el segundo, es rápido y eficaz. Así que es el
que he adoptado. Os lo explico.
Imaginad que queremos hacer una plancha de arcilla en el
grosor número tres de mi laminadora. Aplicar el primer método de Maggio o hacer
un muestrario de grosores como el de la figura es realmente engorroso. Pero si
tomamos varias cartas de una baraja y los pasamos por ese grosor podemos
determinar con facilidad cuantos son los naipes que pasan por él.
La idea es ir metiendo cartas hasta que una ya no pase, de
esa manera podremos concluir que el grosor necesita X cartas, pero que X+1 ya
no pasan.
Lo que haremos ahora es ir a otra laminadora y buscar el
grosor por el que X cartas pasen pero X+1 no lo hagan.
Indudablemente la medida no es totalmente precisa, pero se
asemeja bastante.
Además de aplicarlo en un aula, podéis hacerlo en vuestro
taller si es que usáis varias laminadoras. O si habéis desmontado la máquina de
pasta y al montarla los grosores no miden lo mismo (suele pasar).
Si os acostumbráis a tomar vuestros apuntes en clave de
número de cartas no importará que desmontéis vuestra herramienta o que, con el
paso del tiempo, os compréis otra.
También podéis leer este artículo en el blog de Con A de Arte
También podéis leer este artículo en el blog de Con A de Arte
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