Casi todo está listo: las herramientas, las pieza, los kits para las alumnas, los hornos... Mil bultos que ocupan la entrada de casa como pidiéndome a gritos que los saque ya para volver a encerrarlos, esta vez, en el maletero del coche.
En unas horas comienza el viaje y también los nervios propios de estos eventos. Ilusión y un poco de miedo (¿o será responsabilidad?) comienzan a martillear mi cuerpo. Y es que cada curso, cada encuentro se afronta como si fuera el primero.
En un rato comenzarán los abrazos y los besos, las risas, el buen rollo y la arcilla. Que nos une y nos reúne cada poco tiempo cual pegamento.
A la vuelta os contaré algunas cosas del gran evento de este año.
¿A la vuelta del evento? No, a la vuelta de vacaciones. Y es que cuando acabe GCF, me tomaré un descanso estival, que ya va siendo hora de parar un poco.
Me parece que me voy a encerrar en casa a leer, leer y leer. Así que cerraré correos electrónicos, redes sociales y demás hierbas hasta nuevo aviso.
Cuando vuelva ya iré respondiendo los cientos de correos electrónicos que tengo pendientes.
Besos y felices vacaciones.
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