Graham Wallas (1858-1932) era un psicólogo social y educador. En 1926 escribe el libro “El Arte del pensamiento” en el que describe su modelo sobre el pensamiento creativo. Señala que éste presenta cuatro etapas diferentes: preparación, incubación, iluminación y verificación.
En ellas se produce un baile entre el trabajo consciente e inconsciente.
En la etapa de preparación, se nos presentan una serie de cuestiones que bien nos resultan interesantes bien que nos causan curiosidad.
Durante esta fase prepararemos el escenario sobre el que se desarrollará el proyecto. Se trata de una etapa intelectual que implica investigación y planificación. Recopilación de ideas, materiales y cualquier elemento que entendamos será necesario durante el proceso. Es pues una etapa consciente.
Wallas dice sobre ella: “el hombre formado, en esta etapa de preparación sigue ciertas reglas sobre el orden en el que dirigirá su atención a los elementos sucesivos”.
Después de la fase de preparación se produce un periodo denominado etapa de incubación. Es un proceso puramente inconsciente por lo que no tenemos la sensación de estar realizando ningún esfuerzo. Sin embargo, es durante este tiempo cuando nuestro cerebro empieza a combinar los elementos que hemos recopilado durante la fase de preparación.
Wallas sugiere una técnica para optimizar los resultados de la etapa de incubación: “generalmente podemos tener más resultados empezando varios problemas en sucesión y dejarlos sin terminar al tiempo que nos centramos en otros en lugar de acabar sin parar el trabajo sobre un problema”.
En la fase de iluminación las piezas de nuestro puzle encajan, es el momento de “¡Eureka!”. El proceso que hemos llevado a cabo se hace consciente. Aparece como una idea.
La cuarta etapa es, al igual que la primera, una fase en la que realizamos un esfuerzo consciente. Durante la evaluación, probaremos la validez de la idea y le daremos forma definitiva. Se trata de una fase en la que la inseguridad puede aparecer ante nosotros.
Por último, algunos autores señalan que existe una última etapa en el proceso creativo. Se trata de la elaboración y posiblemente sea la fase más larga de todo el proceso. Debería ser un momento en el la cantidad de trabajo es superior a la cantidad de inspiración. En ella materializaremos las ideas resultantes del proceso anterior.