Uno tiene convicciones y vive con ellas. Si las abandona, ¿qué queda? Nada. Aunque las cosas no sean tan puras como las imaginé, sigo siendo lo que he sido. Al menos, puedo decirme a mí mismo que no me he dejado contaminar.
El Tiempo, Bogotá, 9 de julio de 2007
José Saramago en sus palabras
Cuánta sabiduría en una frase, siempre tan lúcido.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.