Me han alegrado la mañana. Me he levantado temprano, como todos los días. Y antes de tomar el primer café, aún con los ojos velados por los sueños he escuchado esta versión de una canción que compuso Jordi Camarasa para mi como regalo de cumpleaños allá por el año 2002 y que Espe grabó en su/nuestro salón.
Aquella época en la que la vida eran canciones y amigos alrededor de una mesa casi vacía. Cuando la vida nos permitía pasarnos horas escuchando a Tony tocando cientos de canciones de Silvio. Cuando nos íbamos a trabajar sin dormir y el cansancio no pesaba.
Cuando un beso duraba la eternidad y los universos estaban abiertos para lo importante.
Esta mañana se ha abierto esa ventana y me ha hecho recordar que no tiene porque ser pasado, que sigo teniendo una mesa casi vacía que los amigos llenamos, que Tony tiene sus canciones que escucho a diario, y que por mucho cansancio que se desplome sobre nosotros nuestro techo está bien apuntalado.
Ana, volverás a escuchar
ResponderEliminarlas piedras que contra tu ventana
lanzó la felicidad.
Ana, te veo y me declaro culpable
de desear tu presencia
más que desear la paz.
Al final del viaje comienza un camino
otro buen camino que seguir descalzos
contando la arena, al final del viaje
estamos tu y yo, intactos...
Quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.
Si alzamos bien las yemas de los dedos
podemos de puntillas tocar el universo, sí.
Sin miedo, las manos se nos llenan de deseos
que no son imposibles ni están lejos
si somos como niños
sin miedo a la locura, sin miedo a sonreír.
que bonito Ana!!!!! :-)
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