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lunes, 7 de junio de 2010

ALEXANDER CALDER


Alexander Calder (1898 – 1976) es de sobra conocido por sus móviles (bautizados así por Marcel Duchamp) y sus Stabiles.

En sus obras se puede apreciar la influencia de sus estudios de ingeniería mecánica.

Se trata de esculturas compuestas por placas metálicas delgadas, pintadas de colores vivos, y sujetas por alambres delgados que las mantienen en equilibrio. Un equilibrio que se altera con un soplo de aire, con un pequeño impulso o con la ayuda de algún pequeño motor o manivela. Al moverse se crea una nueva obra cada vez, que se desarrolla en el espacio, en el tiempo y además suena.

Los Stabiles, por el contrario, conservan el espíritu de los primeros pero incorporando el concepto de inmovilidad a la propia pieza. La energía cinética tiene un papel protagonista en este tipo de obras, ya que se invita al espectador a hacer un esfuerzo físico para su total observación y análisis.

Stabile, Paris La Défense (1976) - Mobile, Black Peacock (1950)

Calder no solo se dedicó a la escultura, también exploró el terreno de la obra gráfica, los juguetes o las joyas.

El Marido Celoso (1940) - Modelo Angelica Huston

Estas últimas las realizaba con materiales cotidianos, huyendo de aquellos más nobles y que tradicionalmente se han utilizado en joyería. Calder arrincona el oro o las gemas para dar paso al latón, los fragmentos de cerámica, la madera o el vidrio. Creando así una obra en la que el diseño adquiere el papel protagonista. Tal como explica Alexander Rower, presidente de la Fundación Calder, “el uso de materiales simples era intencional, ya que Calder pretendía con ello poner de manifiesto que cualquiera puede adornarse con hermosos objetos, no tienen que ser piezas con incrustaciones de diamantes o ser valiosos (sic.)


Considerando que el verdadero valor de una pieza artística debía ser transmitido por medio de su forma y diseño. Procuraba proveer de valor al proceso mismo de manufactura de cada joya, unificándolas y haciéndolas, desde el momento de su bosquejo, obras irreproducibles.


Sus piezas están realizadas a mano, siguiendo un proceso puramente artesanal. Incorporando a su lenguaje particular motivos geométricos como la espiral o el círculo o formas inspiradas en la naturaleza, como unidades básicas.


Calder llegó incluso a diseñar las cajas en las que iban guardadas sus obras de arte, como colofón de unas piezas únicas, ya que se negó a realizar reproducciones, pese a las numerosas ofertas de grandes firmas de joyería. A menudo, sus joyas fueron realizadas para algún amigo o familiar especial.


El trabajo como joyero de Calder fue constante, lo que queda evidenciado con los más de 1500 diseños que realizó desde que en 1906 comenzara por adornar las muñecas de su hermana con simples trozos de alambre.

Por último, dejo el enlace a un video en el que la comisaria de la exposición Alexander Calder's Jewelry  Exhibit en el Philadelphia Museum nos habla de la misma.

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