lunes, 31 de enero de 2011

CREATIVEWORLD

La feria de Frankfurt ha cruzado el Ecuador.

Aquí todo es grande. Tanto que lejos de hacerte sentir minúsculo, te conviertes en parte del engranaje (bueno para el ego, malo para mi narcisismo).

He coincidido con personas a las que llevaba tiempo siguiendo por internet. Estoy aprendiendo, pero sobre todo me lo estoy pasando bien, ME DIVIERTO.

No publico foto porque la cámara ha decidido no funcionar mientras estoy por aquí, espero que sea transitorio...

domingo, 30 de enero de 2011

PACHELBEL CANON - ROB PARAVONIAN

Este video es todo un clásico de internet, y aún así me sigo desternillando cada vez que lo veo. Una sonrisa para este domingo cualquiera.

sábado, 29 de enero de 2011

viernes, 28 de enero de 2011

THE MARRIAGE OF HEAVEN AND HELL - WILLIAM BLAKE


If the doors of perception were cleansed
everything would appear to man as it is, infinite.

Si las puertas de la percepción se depurasen,
todo aparecería a los hombre como realmente es: infinito.

jueves, 27 de enero de 2011

miércoles, 26 de enero de 2011

FRANKFURT, HERE I GO


Mañana a esta hora estaré volando rumbo a Frankfurt. Creo que aún no soy muy consciente de la magnitud de este evento. A mi vuelta os contaré. Volveré el miércoles.

martes, 25 de enero de 2011

lunes, 24 de enero de 2011

viernes, 21 de enero de 2011

PROFUNDIDAD DE CAMPO



Llevo un par de semanas tan inmersa en el trabajo y con tal carga del mismo que se me ha pasado publicar la entrada de hoy.

La profundidad de campo es el área o distancia dentro de la cual los motivos permanecen enfocados. La profundidad de campo varía en función de la apertura del diafragma, de modo que cuánto más se abre el diafragma (valor de f más pequeño), menor es la profundidad de campo. Mientras que a medida que se cierra el diafragma (valor de f más grande), va aumentando la profundidad de campo.

Cuando fotografiamos objetos más iluminados aumenta la profundidad de campo, en cambio cuando las condiciones de iluminación son escasas la profundidad de campo disminuye y es más fácil que los objetos aparezcan desenfocados.

Lo que podéis ver en el enlace es una calculadora on-line de profundidades de campo. Elegís vuestra cámara en el desplegable. Rellenáis el valor de la distancia focal que habéis seleccionado en el objetivo, la apertura del diafragma a la que vais a disparar la fotografía y la distancia al objeto que vais a fotografiar.

En la parte de al lado os aparecen los valores de profundidad de campo para esas condiciones de disparo, con ellos sabréis a priori si vuestro objeto saldrá nítido o desenfocado.

Para que resulte más fácil entender los números, en la misma página, debajo, tenéis un esquema con los datos calculados anteriormente.

Os dejo seis ejemplos de la misma foto realizados con distintas variables para que observéis la diferencia.

Las manchas que aparecen en las fotos, como si fueran pelillos, son producto de la suciedad del cuerpo de la cámara. Sí, ya sé que debería llevarla a limpiar…
Ejemplo 1
Distancia focal
35 mm
Límite anterior
48,4 cm
Apertura de diafragma (f)
4,5
Límite posterior
51,8 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
3,41 cm
Delante del objeto
1,65 cm (48%)
Detrás del objeto
1,76 cm (52%)


Ejemplo 2
Distancia focal
35 mm
Límite anterior
41,1 cm
Apertura de diafragma (f)
29
Límite posterior
63,8 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
22,7 cm
Delante del objeto
8,9 cm (39%)
Detrás del objeto
13,8 cm (61%)


Ejemplo 3
Distancia focal
50 mm
Límite anterior
49,1 cm
Apertura de diafragma (f)
5
Límite posterior
50,9 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
1,81 cm
Delante del objeto
0,89 cm (49%)
Detrás del objeto
0,92 cm (51%)


Ejemplo 4
Distancia focal
50 mm
Límite anterior
44,8 cm
Apertura de diafragma (f)
32
Límite posterior
56,5 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
11,7 cm
Delante del objeto
5,2 cm (44%)
Detrás del objeto
6,5 cm (56%)


Ejemplo 5
Distancia focal
70 mm
Límite anterior
49,5 cm
Apertura de diafragma (f)
5,6
Límite posterior
50,5 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
0,99 cm
Delante del objeto
0,49 cm (50%)
Detrás del objeto
0,50 cm (50%)


Ejemplo 6
Distancia focal
70 mm
Límite anterior
47,3 cm
Apertura de diafragma (f)
36
Límite posterior
53,0 cm
Distancia al objeto
50 cm
Total
5,63 cm
Delante del objeto
2,66 cm (47%)
Detrás del objeto
2,98 cm (53%)

jueves, 20 de enero de 2011

THE FLYING SPAGHETTI MONSTER


Esta Navidad no tuvimos cena de Nochebuena, no celebramos la venida de Dios al mundo.El día 24 de diciembre nos reunimos en casa a rendir culto al Monstruo del Espagueti Volador. Pasáos por la Wikipedia y podréis leer algo sobre esta 'nueva' religión.

Lo que véis en la foto es el típico Pastel de Navidad Inglés reconvertido a Pastel de Spaguetividad.

miércoles, 19 de enero de 2011

PAUL CEZANNE


Pablo Picasso dijo de Paul Cezanne: “Cézanne era mi sólo y único maestro. No creáis que me limitara a mirar sus cuadros … Pasé años estudiándolos … Cézanne era como un padre para todos nosotros”.

lunes, 17 de enero de 2011

LA CENA DEL MIEDO


La cena del miedo (mi reunión con la ministra Sinde)
AMADOR FERNÁNDEZ-SAVATER 12/01/2011 – EL PAÍS

Artículo publicado el 12 de enero de 2011 por Amador Fernández-Savater en el blog de la editorial Acuarela Libros

La semana pasada recibí una llamada del Ministerio de Cultura. Se me invitaba a una reunión-cena el viernes 7 con la ministra y otras personas del mundo de la cultura. Al parecer, la reunión era una más en una serie de contactos que el Ministerio está buscando ahora para pulsar la opinión en el sector sobre el tema de las descargas, la tristemente célebre Ley Sinde, etc. Acepté, pensando que igual después de la bofetada que se había llevado la ley en el Congreso (y la calle y la Red) se estaban abriendo preguntas, replanteándose cosas. Y que tal vez yo podía aportar algo ahí como pequeño editor que publica habitualmente con licencias Creative Commons y como alguien implicado desde hace años en los movimientos copyleft/cultura libre.

El mismo día de la reunión-cena conocí el nombre del resto de invitados: Álex de la Iglesia, Soledad Giménez, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Alberto García Álix, Ouka Leele, Luis Gordillo, Juan Diego Botto, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez (relacionado con el ámbito de los videojuegos), Cristina García Rodero y al menos dos personas más cuyos nombres no recuerdo ahora (perdón). ¡Vaya sorpresa! De pronto me sentí descolocado, como fuera de lugar. En primer lugar, porque yo no ocupo en el mundo de la edición un lugar ni siquiera remotamente comparable al de Álex de la Iglesia en el ámbito del cine o Muñoz Molina en el de la literatura. Y luego, porque tuve la intuición de que los invitados compartían más o menos una misma visión sobre el problema que nos reunía. En concreto, imaginaba (correctamente) que sería el único que no veía con buenos ojos la Ley Sinde y que no se sintió muy triste cuando fue rechazada en el Congreso (más bien lo contrario). De pronto me asaltaron las preguntas: ¿qué pintaba yo ahí? ¿En calidad de qué se me invitaba, qué se esperaba de mí? ¿Se conocía mi vinculación a los movimientos copyleft/cultura libre? ¿Qué podíamos discutir razonablemente tantas personas en medio de una cena? ¿Cuál era el objetivo de todo esto?

Con todas esas preguntas bailando en mi cabeza, acudí a la reunión. Y ahora he decidido contar mis impresiones. Por un lado, porque me gustaría compartir la preocupación que me generó lo que escuché aquella noche. Me preocupa que quien tiene que legislar sobre la Red la conozca tan mal. Me preocupa que sea el miedo quien está tratando de organizar nuestra percepción de la realidad y quien está tomando las decisiones gubernamentales. Me preocupa esa combinación de ignorancia y miedo, porque de ahí sólo puede resultar una cosa: el recurso a la fuerza, la represión y el castigo. No son los ingredientes básicos de la sociedad en la que yo quiero vivir.

Por otro lado, querría tratar de explicar lo que pienso algo mejor que el viernes. Porque confieso desde ahora que no hice un papel demasiado brillante que digamos. Lo que escuchaba me sublevó hasta tal punto que de pronto me descubrí discutiendo de mala manera con quince personas a la vez (quince contra uno, mierda para...). Y cuando uno ataca y se defiende olvida los matices, los posibles puntos en común con el otro y las dudas que tiene. De hecho me acaloré tanto que la persona que tenía al lado me pidió que me tranquilizara porque le estaba subiendo la tensión (!). Tengo un amigo que dice: "no te arrepientas de tus prontos, pero vuelve sobre los problemas". Así que aquí estoy también para eso.

Quizá haya por ahí algún morboso preguntándose qué nos dieron para cenar. Yo se lo cuento, no hay problema, es muy sencillo. Fue plato único: miedo. El miedo lo impregnaba todo. Miedo al presente, miedo al porvenir, miedo a la gente (sobre todo a la gente joven), miedo a la rebelión de los públicos, miedo a la Red. Siento decir que no percibí ninguna voluntad de cambiar el rumbo, de mirar a otros sitios, de escuchar o imaginar alternativas que no pasen simplemente por insistir con la Ley Sinde o similares. Sólo palpé ese miedo reactivo que paraliza la imaginación (política pero no sólo) para abrir y empujar otros futuros. Ese miedo que lleva aparejado un conservadurismo feroz que se aferra a lo que hay como si fuera lo único que puede haber. Un miedo que ve enemigos, amenazas y traidores por todas partes.

Quien repase la lista de invitados concluirá enseguida que se trata del miedo a la crisis irreversible de un modelo cultural y de negocio en el que "el ganador se lo lleva todo" y los demás poco o nada. Pero no nos lo pongamos demasiado fácil y pensemos generosamente que el miedo que circulaba en la cena no sólo expresa el terror a perder una posición personal de poder y de privilegio, sino que también encierra una preocupación muy legítima por la suerte de los trabajadores de la cultura. Ciertamente, hay una pregunta que nos hacemos todos(1) y que tal vez podría ser un frágil hilo común entre las distintas posiciones en juego en este conflicto: ¿cómo pueden los trabajadores de la cultura vivir de su trabajo hoy en día?

Lo que pasa es que algunos nos preguntamos cómo podemos vivir los trabajadores de la cultura de nuestro trabajo pero añadiendo (entre otras muchas cosas): en un mundo que es y será infinitamente copiable y reproducible (¡viva!). Y hay otros que encierran su legítima preocupación en un marco de interpretación estrechísimo: la industria cultural, el autor individual y propietario, la legislación actual de la propiedad intelectual, etc. O sea el problema no es el temor y la preocupación, sino el marco que le da sentido. Ese marco tan estrecho nos atrapa en un verdadero callejón sin salida en el que sólo se puede pensar cómo estiramos lo que ya hay. Y mucho me temo que la única respuesta posible es: mediante el miedo. Responder al miedo con el miedo, tratar de que los demás prueben el miedo que uno tiene. Ley, represión, castigo. Lo expresó muy claramente alguien en la reunión, refiriéndose al modelo americano para combatir las descargas: "Eso es, que al menos la gente sienta miedo". Me temo que esa es la educación para la ciudadanía que nos espera si no aprendemos a mirar desde otro marco.

Tienen miedo a la Red. Esto es muy fácil de entender: la mayoría de mis compañeros de mesa piensan que "copiar es robar". Parten de ahí, ese principio organiza su cabeza. ¿Cómo se ve la Red, que ha nacido para el intercambio, desde ese presupuesto? Está muy claro: es el lugar de un saqueo total y permanente. "¡La gente usa mis fotos como perfil en Facebook!", se quejaba amargamente alguien que vive de la fotografía en la cena. Copiar es robar. No regalar, donar, compartir, dar a conocer, difundir o ensanchar lo común. No, es robar. Traté de explicar que para muchos creadores la visibilidad que viene con la copia puede ser un potencial decisivo. Me miraban raro y yo me sentía un marciano.

Me parece un hecho gravísimo que quienes deben legislar sobre la Red no la conozcan ni la aprecien realmente por lo que es, que ante todo la teman. No la entienden técnicamente, ni jurídicamente, ni culturalmente, ni subjetivamente. Nada. De ahí se deducen chapuzas tipo Ley Sinde, que confunde las páginas de enlaces y las páginas que albergan contenidos. De ahí la propia idea recurrente de que cerrando doscientas webs se acabarán los problemas, como si después de Napster no hubiesen llegado Audiogalaxy, Kazaa, Emule, Megavideo, etc. De ahí las derrotas que sufren una y otra vez en los juzgados. De ahí el hecho excepcional de que personas de todos los colores políticos (y apolíticos) se junten para denunciar la vulneración de derechos fundamentales que perpetran esas leyes torpes y ciegas.

Tienen miedo a la gente. Cuando había decidido desconectar y concentrarme en el atún rojo, se empezó a hablar de los usuarios de la Red. "Esos consumidores irresponsables que lo quieren todo gratis", "esos egoístas caprichosos que no saben valorar el trabajo ni el esfuerzo de una obra". Y ahí me empecé a poner malo. Las personas se bajan material gratuito de la Red por una multiplicidad de motivos que esos clichés no contemplan. Por ejemplo, están todos aquellos que no encuentran una oferta de pago razonable y sencilla. Pero la idea que tratan de imponernos los estereotipos es la siguiente: si yo me atocino la tarde del domingo con mi novia en el cine viendo una peli cualquiera, estoy valorando la cultura porque pago por ella. Y si me paso dos semanas traduciendo y subtitulando mi serie preferida para compartirla en la Red, no soy más que un despreciable consumidor parásito que está hundiendo la cultura. Es increíble, ¿no? Pues la Red está hecha de un millón de esos gestos desinteresados. Y miles de personas (por ejemplo, trabajadores culturales azuzados por la precariedad) se descargan habitualmente material de la Red porque quieren hacer algo con todo ello: conocer y alimentarse para crear. Es precisamente una tensión activa y creativa la que mueve a muchos a buscar y a intercambiar, ¡enteraos!

Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado. Ay, qué cómodas eran las cosas cuando no había más que audiencias sometidas. Pero ahora los públicos se rebelan: hablan, escriben, se manifiestan, intervienen, abuchean, pitan, boicotean, silban. En la reunión se podía palpar el pánico: "nos están enfrentando con nuestro público, esto es muy grave". Pero, ¿quién es ese "nos" que "nos enfrenta a nuestro público"? Misterio. ¿Seguro que el público no tiene ninguna razón verdadera para el cabreo? ¿No es esa una manera de seguir pensando al público como una masa de borregos teledirigida desde algún poder maléfico? ¿Y si el público percibe perfectamente el desprecio con el que se le concibe cuando se le trata como a un simple consumidor que sólo debe pagar y callar?

Tienen miedo al futuro. "¿Pero tú qué propones?" Esa pregunta es siempre una manera eficaz de cerrar una conversación, de dejar de escuchar, de poner punto y final a un intercambio de argumentos. Uno parece obligado a tener soluciones para una situación complejísima con miles de personas implicadas. Yo no tengo ninguna respuesta, ninguna, pero creo que tengo alguna buena pregunta. En el mismo sentido, creo que lo más valioso del movimiento por una cultura libre no es que proponga soluciones (aunque se están experimentando muchas, como Creative Commons), sino que plantea unas nuevas bases donde algunas buenas respuestas pueden llegar a tener lugar. Me refiero a un cambio en las ideas, otro marco de interpretación de la realidad. Una revolución mental que nos saque fuera del callejón sin salida, otro cerebro. Que no confunda a los creadores ni a la cultura con la industria cultural, que no confunda los problemas del star-system con los del conjunto de los trabajadores de la cultura, que no confunda el intercambio en la Red con la piratería, etc.

Eso sí, hablé del papel fundamental que para mí podrían tener hoy las políticas públicas para promover un nuevo contrato social y evitar la devastación de la enésima reconversión industrial, para acompañar/sostener una transformación hacia otros modelos, más libres, más justos, más apegados al paradigma emergente de la Red. Como se ha escrito, "la inversión pública masiva en estudios de grabación, mediatecas y gabinetes de edición públicos que utilicen intensivamente los recursos contemporáneos -crowdsourcing, P2P, licencias víricas- podría hacer cambiar de posición a agentes sociales hasta ahora refractarios o poco sensibles a los movimientos de conocimiento libre"(2). Pero mientras yo hablaba en este sentido tenía todo el rato la sensación de arar en el mar. Ojalá me equivoque, porque si no la cosa pinta mal: será la guerra de todos contra todos.

Ya acabo. Durante toda la reunión, no pude sacarme de la cabeza las imágenes de la película El hundimiento: encerrados en un búnker, sin ver ni querer ver el afuera, delirando planes inaplicables para ganar la guerra, atados unos a otros por fidelidades torpes, muertos de miedo porque el fin se acerca, viendo enemigos y traidores por todos lados, sin atreverse a cuestionar las ideas que les arrastran al abismo, temerosos de los bárbaros que están a punto de llegar...(3)

¡Pero es que el búnker ni siquiera existe! Los "bárbaros" ya están dentro. Me gustaría saber cuántos de los invitados a la cena dejaron encendidos sus ordenadores en casa descargándose alguna película. A mi lado alguien me dijo: "tengo una hija de dieciséis años que se lo baja todo". Y me confesó que no le acababa de convencer el imaginario que circulaba por allí sobre la gente joven. Ese tipo de cosas constituyen para mí la esperanza, la posibilidad de razonar desde otro sitio que no sea sólo el del miedo y los estereotipos denigratorios. Propongo que cada uno de los asistentes a la próxima cena hable un rato sobre el tema con sus hijos antes de salir de casa. O mejor: que se invite a la cena tanto a los padres como a los hijos. Sería quizá una manera de sacar a los discursos de su búnker, porque entonces se verían obligados a asumir algunas preguntas incómodas: ¿es mi hijo un pobre cretino y un descerebrado? ¿Sólo quiero para él que sienta miedo cuando enciende el ordenador? ¿No tiene nada que enseñarme sobre el futuro? El búnker ya no protege de nada, pero impide que uno escuche y entienda algo.

NOTAS
1. Alguien en la cena reveló que había descubierto recientemente que en "el lado oscuro" también había preocupación por el tema de la remuneración de los autores/trabajadores/creadores. ¡Aleluya! A pesar de esto, durante toda la reunión se siguió argumentando como si este conflicto opusiera a los trabajadores de la cultura y a una masa de consumidores irresponsables que lo quieren "todo gratis".

2. "Ciberfetichismo y cooperación", por Igor Sádaba y César Rendueles

3. Por supuesto, el búnker es la vieja industria. El "nuevo capitalismo" (Skype, Youtube, Google) entiende muy bien que el meollo de la cosa está hoy en que la gente interactúe y comparta, y en aprovecharse de ello sin devolver más que precariedad.

domingo, 16 de enero de 2011

THE COURT OF THE CRIMSON KING - KING CRIMSON


LETRA
The dance of the puppets
The rusted chains of prison moons
Are shattered by the sun.
I walk a road, horizons change
The tournament's begun.
The purple piper plays his tune,
The choir softly sing;
Three lullabies in an ancient tongue,
For the court of the crimson king.

The keeper of the city keys
Put shutters on the dreams.
I wait outside the pilgrim's door
With insufficient schemes.
The black queen chants
The funeral march,
The cracked brass bells will ring;
To summon back the fire witch
To the court of the crimson king.

The gardener plants an evergreen
Whilst trampling on a flower.
I chase the wind of a prism ship
To taste the sweet and sour.
The pattern juggler lifts his hand;
The orchestra begin.
As slowly turns the grinding wheel
In the court of the crimson king.

On soft gray mornings widows cry
The wise men share a joke;
I run to grasp divining signs
To satisfy the hoax.
The yellow jester does not play
But gentle pulls the strings
And smiles as the puppets dance
In the court of the crimson king.

TRADUCCIÓN
El cortejo del Rey Carmesí
Traducción: Pablo M. Beleña

Las cadenas oxidadas de las lunas prisioneras
están destrozadas por el Sol.
Recorro un camino, los horizontes cambian.
Los festejos han empezado.
El flautista de púrpura toca su melodía,
el coro canta suavemente;
tres canciones de cuna en una antigua lengua,
para el cortejo del rey Carmesí.

El guardián de las llaves de la ciudad
pone cierres a los sueños.
Ante la puerta del peregrino
espero sin ningún fin.
La reina de luto entona
la marcha fúnebre,
sonarán las delicadas y broncíneas campanas;
para convocar a la maga del fuego
al cortejo del rey Carmesí.

Al tiempo que el jardinero planta un árbol perenne,
pisa una flor.
Persigo al viento que despide una nave
para probar lo que es dulce y lo que es amargo.
El director levanta su mano;
la orquesta ya puede empezar a tocar
al ritmo lento de la rueda de un molino
en el cortejo del rey Carmesí.

Ante tiernos llantos de viudas en mañanas tristes,
los sabios hablan sobre sandeces;
Me apresuro por comprender los signos divinos
que expliquen toda esta farsa.
El bufón de amarillo no toca,
pero suavemente raspa las cuerdas
sonriendo ante la danza de títeres
en el cortejo del rey Carmesí.

sábado, 15 de enero de 2011

REBECA - HITCHCOCK


Anoche soñé que volvía a Manderley, me encontraba ante la verja pero no podía entrar,porque el camino estaba cerrado. Entonces, como todos los que sueñan, me sentí poseída de un poder sobrenatural y atrevesé como un espíritu la barrera que se alzaba ante mí. El camino iba serpenteando, retorcido y tortuoso como siempre... pero a medida que avanzaba, me di cuenta del cambio que se había operado; la naturaleza había vuelto a lo que fué suyo y poco a poco se había posesionado del camino con sus tenaces dedos. El pobre hilillo que había sido nuestro camino avanzaba y finalmente allí, estaba Manderley. Manderley reservado y silencioso. El tiempo no había podido desfigurar la perfecta simetría de sus muros.

La luz de la luna puede jugar con la imginación. De pronto me pareció ver luz en las ventanas... Pero una nube cubrió de repente la luna y se detuvo un instante, como una mano sombría escondiendo un rostro. La ilusión se fué con ella y las luces de las ventanas se extinguieron. Veía un caserón desolado, sin que el menor murmullo del pasado rozara sus imponentes muros. Nunca podremos volver a Manderley, ésto es seguro. Pero algunas veces, en mi sueños, vuelvo allí, a los extraños días de mi vida, que para mí empezaron en el sur de Francia...

viernes, 14 de enero de 2011

E-BU JEWELRY



En el blog de e-bu podemos leer lo siguiente:
e-bu es más que una empresa de joyería, es una forma de vida. El nombre de e-bu es un término cariñoso usado para y entre las mujeres en Indonesia, que implica amor y respeto. Eso es lo que hace nuestra joyería, reflejar amor y respeto. Seleccionamos concienzudamente cada material y realizamos a mano cada joya, bien se trate de una pieza única bien de un elemento de producción. Esta es la historia de Robbin, nuestro e-bu, y sus maravillosas aventuras alrededor del mundo.
Mezcla de materiales nuevos y tradicionales se dan la mano en una joyería que integra elementos tribales con formas contemporáneas, un soplo de aire fresco.








Podéis ver más de su trabajo en: