jueves, 19 de agosto de 2010

EL AMOR ES CIEGO (y V) - Boris Vian (1949)

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Al cabo de un tiempo, la radio anuncio que los sabios estaban constatando una regresión regular del fenómeno, y que el espesor de la niebla aminoraba de día en día.
Como la amenaza era de consideración, se celebro gran consejo. Muy pronto se encontró una alternativa, pues el genio del hombre nunca deja de sorprender con sus mil facetas. Y cuando la niebla se disipo, según indicaron los aparatos detectores especiales, la vida siguió felizmente su curso pues todos se habían hecho saltar los ojos.

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